La astenia primaveral no tiene consideración de enfermedad dentro del Catálogo de Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud. Es un estado que en sí mismo que no tiene un valor patológico, sino que parece estar relacionado con desórdenes en el mecanismo fisiológico normal de adaptación del cuerpo a las condiciones variables propias del cambio de estación.