Centro de Psicología – Montserrat Guerra ha hablado en su ultima entrevista en Onda Cero Radio del efecto Pigmalión, un fenómeno que se da a menudo en nuestra vida y que merece la pena entender.
El origen del efecto Pigmalión se remonta a la mitología griega cuando un rey de Chipre encontró serias dificultades para enamorarse de una mujer, pues ninguna le parecía perfecta a su juicio. El escultor Pigmalión, decidió realizar una escultura de marfil a la que llamaría Galatea. Tal fue el amor que este rey le profesó por su perfección, que pidió a Venus que la convirtiese en una mujer de verdad. Con este mito queda reflejado que tanto quiso creer que la escultura estaba viva que finalmente consiguió que así fuese.
Una vez vista la historia, podemos definir el efecto Pigmalión como la influencia que tienen las creencias de otras personas sobre nuestras propias capacidades y sobre lo que podemos o no lograr.
Si hacemos un balance de aquellas personas que han formado parte de nuestras vidas y cómo sus creencias sobre quiénes o cómo somos nos han afectado, e incluso la percepción que ellos tenían acerca de nuestras capacidades, nos daremos cuenta que el efecto Pigmalión puede tener tanto repercusiones positivas como negativas en nosotros.
Al efecto Pigmalión también se le conoce con el nombre de “profecía autocumplida”, en el sentido de que, cuando otras personas tienen una previsión de cómo vamos a actuar, de qué vamos a conseguir, o de cómo somos, es probable que estas previsiones o expectativas se acaben cumpliendo o confirmando.
Y, ¿por qué pasa esto? La imagen que yo tengo de mí está muy influida por la forma en la que otras personas me miren. Nos miramos, vemos, sentimos, y creemos en función de cómo otras personas nos miren, vean, sientan o piensen de nosotras.
Además del hecho de lo que las creencias ajenas tienen un gran impacto en las nuestras propias y en nuestra autoestima en general, cuando otras personas creen de mí x cosas, va a hacer más fácil que yo me comporte de acuerdo a esta forma en la que me están tratando.
El Efecto Galatea es un fenómeno que deriva del Efecto Pigmalión, por Efecto Galatea entendemos el mismo fenómeno, pero de la propia persona sobre sí misma, sin necesidad de que sea un tercero el que pone sus expectativas en nosotros y nos afecta en base a ellas.
Podría parecer que el Efecto Galatea solo afecta a uno mismo, y nada a los demás. Sin embargo, lo cierto es que esto es incompleto. El Efecto Galatea sí que tiene efectos en los demás y, sobre todo, en nuestra relación con los demás.
La autoconfianza que tengamos en nosotros mismos será proyectada al exterior, y, por tanto, las demás personas basarán su imagen de nosotros en esa proyección de la confianza que tenemos en nosotros mismos.
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Os invitamos a escuchar cada lunes a las 13:05 un nuevo tema de actualidad a desarrollar por Montserrat Guerra en Onda Cero Cantabria (91.9).