Toma de decisiones

La Toma de Decisiones: El Impacto Psicológico de Tener Demasiadas Opciones

Si bien tener opciones es algo positivo, el exceso de posibilidades a la hora de tomar decisiones puede llegar a generar lo contrario: fatiga mental y emocional, estrés y una parálisis en la toma de decisiones. Este fenómeno, conocido como fatiga de las decisiones, afecta a nuestra salud mental y nuestras vidas cotidianas más de lo que pensamos.

La fatiga que puede provocar la toma de decisiones está siendo objeto de investigación. En un estudio realizado por la Universidad de Cornell, se estima que un adulto promedio toma alrededor de 35.000 decisiones al día, y de estas, 226 decisiones están relacionadas solo con la comida, lo que resalta cómo incluso la toma de decisiones de las necesidades más básicas puede acumularse y generar fatiga.

Montserrat Guerra, ha hablado en el programa “Más de Uno” de Onda Cero, sobre la fatiga que puede provocar la toma de decisiones, y el impacto psicológico que nos puede causar tener demasiadas opciones para elegir.

Guerra ha comenzado la entrevista afirmando que es un tema en auge, ya que vivimos en una era en la que cada día, desde que nos levantamos, se nos presentan infinidad de elecciones: desde qué serie ver, qué ponerse de ropa hasta qué carrera estudiar o qué camino tomar en nuestras relaciones.

¿Qué es la fatiga en la toma de decisiones?

Guerra ha definido la fatiga en la toma de decisiones como un fenómeno psicológico que ocurre cuando nuestra capacidad para tomar decisiones de manera eficaz se ve afectada por la sobrecarga de opciones o la acumulación de decisiones a lo largo del día. Este agotamiento no solo afecta a nuestra habilidad para tomar decisiones racionales, sino que puede llevarnos a optar por soluciones rápidas y, en muchos casos, menos óptimas.

¿Cómo afecta a nuestra vida diaria tener que tomar decisiones constantemente?

La directora del Gabinete ha comentado que, en términos neurobiológicos, la fatiga a la hora de tomar decisiones está relacionada con el agotamiento de neurotransmisores clave como la dopamina y el glutamato, los cuales juegan un papel fundamental en la regulación del comportamiento motivacional y la función cognitiva.

A lo largo del día, la dopamina en particular se ve involucrada en el proceso de toma de decisiones, influyendo en nuestra motivación para evaluar opciones y prever recompensas. Por otro lado, Guerra ha explicado que el glutamato es el encargado de la memoria a corto plazo, y es la que evalúa los pros y contras de las diferentes situaciones con las que nos encontramos. Por lo tanto, a medida que tomamos más decisiones, los niveles de dopamina y glutamato disminuyen, lo que reduce nuestra capacidad para tomar decisiones complejas y bien pensadas. Por eso, las personas cuando sienten fatiga por la toma de decisiones tienden a optar por opciones más simples, menos desafiantes o incluso evitan tomar decisiones por completo.

¿Qué efectos tiene la fatiga de decisiones a largo plazo?

Guerra ha comentado que la fatiga a la hora de tomar decisiones tiene efectos profundos en nuestra salud mental y emocional a largo plazo, ya que este agotamiento no solo afecta a la capacidad cognitiva inmediata, sino que puede generar un ciclo negativo de estrés, ansiedad y reducción del bienestar. A continuación, exponemos los efectos que la directora del gabinete ha comentado que tiene la fatiga de las decisiones:

Estrés crónico:
El estrés continuado se asocia con la liberación prolongada de cortisol, una hormona que, en exceso, puede dañar el sistema inmunológico, afectar a la calidad del sueño y aumentar el riesgo de problemas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. La sobrecarga diaria de decisiones contribuye a que el cerebro esté en un estado de alerta constante, lo que dificulta la recuperación y el descanso.
Toma de decisiones pobre:
La fatiga de las decisiones puede provocar que nuestras decisiones sean más impulsivas y menos reflexivas. Esto puede hacer que las personas opten por soluciones más fáciles, pero menos beneficiosas para su bienestar. En ocasiones, se pueden crear relaciones de dependencia con las personas que nos rodean, al hacer que ellos/as decidan por nosotros/as, porque no somos capaces de tomar decisiones.
Ansiedad y procrastinación:
La acumulación de decisiones pendientes también puede generar procrastinación, un mecanismo de evitación ante la fatiga mental. Cuando postergamos decisiones importantes, nos sentimos culpables o angustiados por no avanzar, lo que genera un ciclo de ansiedad crónica.
Reducción de la satisfacción vital:
La constante presión para elegir correctamente y lidiar con las posibles consecuencias de esas decisiones puede llevar a una sensación de insatisfacción con las elecciones hechas.
Burnout (síndrome de agotamiento):
El burnout se caracteriza por agotamiento emocional, despersonalización (distanciamiento emocional) y una reducción del sentido de logro personal. Esto afecta tanto la salud mental como el rendimiento, haciendo que la persona se sienta atrapada en un ciclo de agotamiento.

¿Qué estrategias podemos adoptar para reducir la toma de decisiones que enfrentamos a diario?

Guerra a lo largo de la entrevista ha comentado ciertas estrategias que pueden ser de gran utilidad cuando usted se sienta fatigado a la hora de tomar decisiones.

Establecer rutinas y automatizar decisiones diarias:
Crear hábitos y rutinas estructuradas es una de las formas más eficaces de reducir la cantidad de decisiones triviales que hacemos a lo largo del día. Si ciertas actividades están predeterminadas, como qué desayunar, qué ropa usar o qué ruta tomar para el trabajo, liberamos energía mental para decisiones más importantes.
Priorizar las decisiones importantes:
Las decisiones de mayor impacto deberían tener prioridad, mientras que las más triviales pueden ser postergadas o delegadas. Por ello, es recomendable tomar las decisiones más importantes por la mañana, cuando estamos más descansados/as y tenemos mayores niveles de dopamina.
Limitar las opciones disponibles:
La paradoja de la elección nos enseña que cuanto más opciones tengamos, más difícil será tomar una decisión y más insatisfechos/as estaremos con el resultado. Reducir el número de alternativas puede simplificar la toma de decisiones. Limita tus opciones a tres o cuatro alternativas. Esto hará que la decisión sea más rápida y menos agotadora.
Planificar con anticipación:
Adelantar decisiones puede aliviar la presión de tener que decidir en el momento. Planificar el día o la semana por adelantado, ya sea en términos de tareas, comidas o eventos, permite que las decisiones importantes se tomen de manera más racional y menos impulsiva.
Establecer reglas claras y usar listas de tareas:
Tener reglas predefinidas o criterios de decisión para ciertos aspectos de la vida puede simplificar mucho el proceso. Estas reglas pueden ser personales o laborales y actúan como un marco que guía la toma de decisiones sin necesidad de evaluarlas cada vez desde cero.

Para concluir la entrevista Guerra ha comentado que la fatiga que puede causar la toma de decisiones es un fenómeno que todos/as experimentamos en algún momento, pero pocas veces somos conscientes de su impacto en nuestra vida diaria.

A medida que avanzamos en el día y tomamos más decisiones, nuestra capacidad para hacer elecciones efectivas disminuye, lo que puede llevar a tomar decisiones apresuradas o a evitar decisiones importantes. Comprender este proceso es fundamental para gestionar mejor nuestra energía mental y evitar los efectos negativos, como el estrés y la frustración. Organizar nuestro día de manera estratégica, delegar cuando sea posible y simplificar nuestras opciones son algunas de las claves para minimizar la fatiga de las decisiones. Al cuidar nuestra salud mental en este aspecto, podemos mejorar tanto nuestro bienestar como nuestra productividad.

Pulsa para escuchar la entrevista completa:

https://www.ondacero.es/emisoras/cantabria/audios-podcast/mas-de-uno/fatiga-decisiones-salud-mental_20241014670d0ee7596dfb0001c45184.html