Trauma / Estrés postraumático
Un trauma psicológico es la respuesta que se produce cuando una persona vive un suceso inesperado, muy estresante, y que le ha supuesto un problema en tanto que genera emociones muy intensas que la persona no es capaz de asimilar o controlar.
La mayoría de las personas logran reponerse a esa experiencia que han experimentado, incluso, hay personas que pueden superar situaciones muy complicadas en las que su vida ha estado en peligro o han presenciado la muerte de cerca (como combates de guerra o accidentes de tráfico). Sin embargo, hay algunas personas que meses después del suceso traumático siguen presentando síntomas (insomnio, ansiedad), pesadillas, estrés, incapacidad para disfrutar, miedo a morir, etc.) y no logran sentirse a salvo de lo ocurrido.
Algunos ejemplos de eventos traumáticos son, por ejemplo, un desastre natural, una pandemia, estar en una zona de guerra, un accidente, o una muerte cercana inesperada.
Cada persona vive las situaciones de forma diferente. Por este motivo, un mismo hecho puede provocar un trauma a unas personas, pero no a otras. Esto es así porque el trauma no depende únicamente del suceso traumático, sino de un factor muy subjetivo, que es la persona y su carácter. Los síntomas y la duración de un trauma también dependen de cada persona. Mientras unos, por ejemplo, resolverán los síntomas en pocas semanas, para otras personas dichos síntomas pueden permanecer a largo plazo.
Aunque hemos mencionado algunos ejemplos de sucesos que provocan traumas, la realidad es que hay diversas situaciones que pueden provocar traumas. Por ejemplo, no solo las catástrofes naturales pueden desencadenar un trauma, también situaciones más “cotidianas” como el estrés crónico, tener una enfermedad o problema de salud, o una ruptura sentimental. Y otras situaciones extremas como situaciones de violencia familiar, abuso sexual o acoso...
Resumen de hechos que pueden provocar traumas:
- pandemia
- acoso
- hostigamiento
- abuso físico, psicológico o sexual
- agresión sexual
- accidentes de tráfico
- dar a luz
- enfermedades que ponen en riesgo la vida
- pérdida repentina de un ser querido
- ser atacado
- sufrir un secuestro
- actos de terrorismo
- desastres naturales
- la guerra
Todo este tipo de sucesos tienen en común que son situaciones muy estresantes, en las que se siente miedo y la persona no es capaz de afrontarlo, rompiendo el equilibrio psicológico y el bienestar emocional de la persona que lo padece.
Síntomas del estrés postraumático
Un trauma psicológico puede provocar síntomas emocionales y físicos porque nuestro cerebro entra en shock. Entre los síntomas de tipo emocional podemos mencionar el miedo, la negación, la ira o la vergüenza, por mencionar algunos. A nivel físico, los síntomas engloban desde las jaquecas y cefaleas hasta el cansancio físico, pasando por taquicardia, mareos, insomnio y pesadillas, tensión constante, etc.
Conocer todos estos síntomas puede ayudar a saber cómo identificar un trauma psicológico, aunque esto es algo que siempre debe hacer un psicólogo o psicóloga.
También hay más consecuencias. De hecho, hay personas que, tras un trauma, o de forma paralela, también sufren ansiedad, depresión, se aísla socialmente o, en casos más graves, desarrolla trastorno de estrés postraumático o trastorno disociativo.
Una persona que ha experimentado un trauma puede sentir:
- negación
- ira
- miedo (link a la página de miedos)
- tristeza
- vergüenza
- confusión
- ansiedad
- depresión
- entumecimiento
- culpa
- desesperación
- irritabilidad
- dificultad para concentrarse
- dolores de cabeza
- síntomas digestivos
- fatiga
- aceleración del ritmo cardíaco
- sudoración
- nerviosismo
Desglosemos los síntomas más destacados:
- Insomnio y pesadillas. Se Puede recordar detalles aislados o revivir nuevamente toda la experiencia.
- Mayor irritabilidad. Más sensibilidad ante cualquier circunstancia, fundamentalmente ante aquellas que se parecen a la situación que ha provocado el trauma emocional.
- Ansiedad y nerviosismo. Es probable que la persona se mantenga siempre alerta, en un estado de tensión, como si algo malo fuera a ocurrir en cualquier momento.
- Miedo. Temor ante distintas situaciones, incluso las más normales del día a día. También es probable sobresaltos con facilidad y responder de manera exagerada ante los estímulos.
- Confusión y dificultades para concentrarse. Problemas para reencontrar el ritmo cotidiano, confusión y dificultades para concentrarse.
- Sensación de culpa y vergüenza. A veces las víctimas sienten una profunda sensación de vergüenza pues creen que el suceso traumático ha sido culpa suya. O podrías estar muy enfadado/a y culpar a los demás por lo ocurrido.
- Indiferencia emocional. Nada importa, las actividades que antes interesaban han dejado de interesar y la persona esta desconectada de sus emociones.
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El trauma agudo el más común de los traumas
Trauma agudo es la respuesta a un único evento traumático.
El trastorno por estrés agudo es una afección a corto plazo que puede ocurrir después de un hecho traumático (si es testigo o lo vive). Se trata de un hecho en donde alguien es amenazado o lesionado gravemente, como un accidente de coche. Las personas con trastorno por estrés agudo pueden tener reviviscencias o sentir que están reviviendo el evento. El trastorno por estrés agudo dura menos de 1 mes.
Las personas que están expuestas a muchos sucesos traumáticos también pueden sufrir un trastorno por estrés agudo. Por ejemplo, esto puede pasarles a los agentes de policía y al personal sanitario.
Síntomas del trauma agudo:
- Recuerdos o sueños inquietantes sobre el hecho traumático. Puede sentir que están reviviéndolo (reviviscencias). Algunas cosas/detalles que le recuerdan el suceso pueden ser la causa, como olores o ruidos.
- Tristeza con frecuencia.
- Sentimiento de que nada es real. Por ejemplo, puede sentir que no está dentro de su cuerpo o que está mirando las cosas desde muy lejos. Puede que no recuerde ciertas partes del hecho.
- Evitar pensamientos sobre el hecho traumático. Puede que se aleje de personas o lugares que le recuerdan lo sucedido.
- Problemas emocionales. Por ejemplo, puede tener dificultades para dormir, sentirse enojado con frecuencia, estar alerta ante el peligro y tener problemas de concentración.
Si los síntomas duran más de 1 mes, podríamos estar hablando de trastorno por estrés postraumático.
Tanto el Trastorno de estrés agudo como el Trastorno de estrés postraumático son diagnósticos englobados en la categoría de Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés. Ambos trastornos presentan síntomas muy similares y la principal diferencia entre estrés agudo y estrés postraumático es la duración de los síntomas.
El Trastorno de estrés agudo tiene una duración de tres días a un mes y, generalmente, los síntomas comienzan inmediatamente después del trauma. Sin embargo, en el Trastorno de estrés postraumático los síntomas tienen que durar más de un mes y pueden comenzar hasta meses después del trauma. Es por esto que, muchos pacientes son diagnosticados, primeramente, de Trastorno de estrés agudo cuando el acontecimiento traumático ha sido muy reciente y los síntomas han estado presentes menos de un mes.
Posteriormente, si los síntomas persisten más de un mes, el diagnóstico pasa a ser el de Trastorno de estrés postraumático.
En conclusión, el Trastorno de estrés agudo tiene una duración breve de los síntomas (inferior a un mes). Mientras que, el Trastorno de estrés postraumático tiene un carácter crónico y es, por tanto, un diagnóstico con unas implicaciones en el medio y largo plazo.
La terapia cognitivo-conductual es muy eficaz para el trastorno por estrés agudo. Se centra en cambiar ciertos pensamientos y comportamientos. La terapia cognitivo-conductual también puede ayudar a prevenir el trastorno por estrés postraumático.
Si crees que tienes un trauma psicológico o has pasado por un hecho traumático y te sientes identificado con todo lo que hemos explicado en este artículo, contacta con nosotros para que podamos ayudarte.