Ansiedad


¿Que es la ansiedad?

La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante sucesos comprometidos. Por lo tanto, sentir ansiedad de modo ocasional es una parte normal de la vida. Una ansiedad moderada puede ayudarnos a mantenernos concentrados y afrontar los retos que tenemos por delante.

Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias, en estos casos, la ansiedad es desproporcionada con la situación e incluso, a veces, se presenta en ausencia de cualquier peligro ostensible.

Con frecuencia, en los trastornos de ansiedad se dan episodios de sentimientos repentinos de ansiedad intensa o miedo que alcanzan un máximo en cuestión de minutos, esto son los denominados ataques de pánico. Cuando la ansiedad se presenta en momentos inadecuados, o es tan intensa y duradera que interfiere con las actividades normales de la persona, entonces se la considera como un trastorno de ansiedad y este debe ser abordado para controlar sus efectos. Es decir, el mecanismo adaptativo natural de la ansiedad no está funcionando como debería, de ahí el trastorno de ansiedad.

Cuando los sentimientos de ansiedad y pánico interfieren con las actividades diarias son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real, y puede suceder que la persona evite ciertos lugares o situaciones. Los síntomas pueden empezar en la infancia o la adolescencia y continuar hasta la edad adulta.

Cualquiera sea el tipo de ansiedad que se padezca, un tratamiento psicológico tiene como objetivo ayudar. Todas las psicólogas que trabajan en el Centro de Psicología en Santander cuentan con amplia experiencia en terapias y tratamientos para la ansiedad.

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Los síntomas de la ansiedad pueden manifestarse a nivel emocional y/o físico. Es importante reconocer ambos tipos de manifestaciones y consultar con un psicólogo.

- Síntomas emocionales o mentales: Preocupación constante, cansancio, irritabilidad, agitación y problemas para concentrarse y conciliar el sueño.

- Síntomas físicos Taquicardia, dificultad para respirar, sudoración excesiva, tensión muscular, temblores, mareos, desmayos, indigestión, diarrea y dolor de cabeza.

Los síntomas de la ansiedad más comunes son los siguientes:

  • Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
  • Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
  • Aumento del ritmo cardíaco.
  • Respiración acelerada (hiperventilación).
  • Sudoración.
  • Temblores.
  • Sensación de debilidad o cansancio.
  • Problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
  • Tener problemas para conciliar el sueño.
  • Padecer problemas gastrointestinales.
  • Tener dificultades para controlar las preocupaciones.
  • Tener la necesidad de evitar las situaciones que generan ansiedad.
  • Otros.

¿Qué tipos de ansiedad existen?

Los trastornos por ansiedad son muy frecuentes. Entre ellos destaca el trastorno fóbico: alrededor de un 7% de mujeres y un 4,3% de hombres padecen fobias específicas (a algún animal, a un objeto, a la oscuridad, etc.), mientras que las llamadas fobias sociales (la aptitud de una persona para relacionarse de un modo afable con los demás) se hallan en un 13% de la población. Se puede tener más de un trastorno de ansiedad.

Algunos ejemplos del trastorno de ansiedad son:

  • Agorafobia: Es un tipo de trastorno de ansiedad en el que se teme a lugares y situaciones que pueden causarte pánico o hacerte sentir atrapado, indefenso o avergonzado y a menudo intentas evitarlos.
  • Trastorno de ansiedad debido a una enfermedad: Incluye síntomas de ansiedad o pánico intensos que son directamente causados por un problema de salud físico.
  • Trastorno de ansiedad generalizada: Se caracteriza por una ansiedad y una preocupación persistentes y excesivas por actividades o eventos, incluso asuntos comunes de rutina. La preocupación es desproporcionada y difícil de controlar. Afecta a la forma en que te sientes físicamente. A menudo sucede junto con la depresión.
  • Trastorno de pánico: Implica episodios de sensaciones de ansiedad y miedo o terror intensos. Puedes tener sensaciones de una catástrofe inminente, dificultad para respirar, dolor en el pecho o palpitaciones, fuertes o como aleteos. Estos ataques de pánico pueden provocar que a la persona le preocupe que sucedan de nuevo o que evite situaciones en las que han sucedido.
  • Mutismo selectivo: Es una incapacidad constante que tienen los niños para hablar en ciertas situaciones, como en la escuela, incluso cuando pueden hablar en otras situaciones, como en el hogar con miembros cercanos de la familia.
  • Trastorno de ansiedad por separación: Se relaciona con la separación de los padres u otras personas que cumplen una función paternal.
  • Trastorno de ansiedad social (fobia social): Implica altos niveles de ansiedad, miedo o rechazo a situaciones sociales debido a sentimientos de vergüenza, inseguridad y preocupación por ser juzgado o percibido de manera negativa por otras personas.
  • Fobias específicas: Surge cuando la persona se ve expuesta a un objeto o situación específicos, y un deseo por evitarlos. Pueden desencadenar ataques de pánico.
  • Trastorno de ansiedad inducido por sustancias: Son el resultado del consumo de drogas, tomar medicamentos, estar expuesto a una sustancia tóxica o la abstinencia a las drogas.
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Cualquiera sea el tipo de ansiedad que se padezca, un tratamiento psicológico tiene como objetivo ayudar.


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  • Agorafobia.
  • Trastorno de ansiedad debido a una enfermedad.
  • Trastorno de ansiedad generalizada.
  • Trastorno de pánico.
  • Mutismo selectivo.
  • Trastorno de ansiedad por separación.
  • Trastorno de ansiedad social (fobia social).
  • Fobias específicas.
  • Trastorno de ansiedad inducido por sustancias.

¿Qué provoca la ansiedad?

Para algunas personas, la ansiedad puede estar relacionada con un problema de salud oculto. En algunos casos, los signos y síntomas de ansiedad son los primeros indicadores de una enfermedad. Si el médico sospecha que la ansiedad que tienes puede tener una causa médica, quizás te indique análisis para buscar los signos del problema.

En ocasiones, la ansiedad puede ser un efecto secundario de algunos medicamentos.

Los siguientes factores pueden incrementar el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad:

  • Trauma. Los niños que soportaron maltratos o traumas o que presenciaron eventos traumáticos tienen mayor riesgo de manifestar un trastorno de ansiedad en algún momento de sus vidas. Los adultos que atraviesan un evento traumático también pueden manifestar trastornos de ansiedad.
  • Estrés debido a una enfermedad. Tener un problema de salud o una enfermedad grave puede causar gran preocupación acerca de cuestiones como el tratamiento y el futuro.
  • Acumulación de estrés. Un evento importante o una acumulación de situaciones estresantes más pequeñas de la vida pueden provocar ansiedad excesiva, por ejemplo, la muerte de algún familiar, estrés en el trabajo o preocupaciones continuas por la situación financiera.
  • Personalidad. Las personas con determinados tipos de personalidad son más propensas a sufrir trastornos de ansiedad que otras personas.
  • Otros trastornos mentales. Las personas que padecen otros trastornos mentales, como depresión, a menudo también padecen un trastorno de ansiedad.
  • Tener familiares consanguíneos que padecen un trastorno de ansiedad. Los trastornos de ansiedad pueden ser hereditarios.
  • Drogas o alcohol. El consumo o el uso indebido o la abstinencia de drogas o alcohol pueden provocar o empeorar la ansiedad.

¿Cómo se puede vencer la ansiedad?

La ansiedad no tiene cura, la ansiedad es un mecanismo adaptativo natural inherente al ser humano, todos tenemos ansiedad. Sin embargo, los trastornos de ansiedad (cuando este mecanismo no funciona de forma apropiada) si pueden tratarse para mitigar sus efectos y evitar que interfieran en nuestras vidas.

Existen dos tipos de abordaje para la ansiedad: el psicológico y el farmacológico, y, se pueden combinar.

La psicoterapia busca cambiar comportamientos reforzando los mecanismos de defensa y promoviendo una personalidad positiva. El método más usado es la terapia cognitivo-conductual, que pretende ayudar al paciente a comprender la naturaleza de lo que le ocurre y el porqué de su mala adaptación. En el Centro de Psicología podemos enseñarte a manejar la ansiedad y a controlar los miedos cuestionando su lógica y sustituyéndola por formas de pensar más racionales.

Algunos consejos que pueden aplicarse a la hora de hacer frente a aquellas situaciones que nos generan ansiedad:

  1. Entiende la ansiedad y no huyas. Los síntomas son muy molestos y, en ocasiones, pueden volverse incapacitantes, pero es necesario saber que la ansiedad no causa infartos ni asfixias. Además, evitar las situaciones que la desencadenan es un mecanismo de defensa que no ayudará a tratar el trastorno. Es necesario comprender qué es lo que sucede y aprender a afrontarlo con las técnicas que los profesionales de la salud trabajan.
  2. No te centres en el problema. Procura no dar vueltas a lo mismo y trata de pensar en algo diferente a lo que te preocupa y te causa ansiedad. Haz alguna actividad que desvíe tu atención: el deporte es el mejor aliado, ya que, además, ayuda a producir endorfinas, una hormona que libera el cerebro y nos ayuda a sentirnos bien.
  3. Cambia tu forma de pensar. Trata de salir del bucle de pensamientos negativos y catastrofistas: sé consciente de ellos y trabaja en ser más positivo, realista y en buscar respuestas diferentes a las mismas preguntas. Seguro que la situación que ves te parece muy mala, ¿Pero realmente lo es?
  4. Aprende a relajarte. La respiración abdominal, es decir, respirar con el diafragma de una manera lenta y pausada, es una técnica sencilla que ayuda a controlar la ansiedad. Practícala con frecuencia cuando tengas un episodio de ansiedad.
  5. Lleva una vida saludable. Beber alcohol y fumar empeoran la ansiedad, mientras que descansar bien, llevar una dieta saludable y realizar ejercicio físico la disminuyen.

¿Qué hacer ante una crisis de ansiedad?

Cuando ya se ha sufrido una crisis de ansiedad en alguna ocasión es posible controlarlo. Lo primero es mantener la calma, no dejarse llevar por el miedo y tratar de normalizar la respiración inspirando por la nariz y expirando por la boca de forma rítmica y cada vez más pausada. Tomarse el pulso mientras se realiza esta maniobra permitirá comprobar como el ritmo cardíaco recupera, poco a poco, la normalidad.

En cualquiera de los casos es importante consultar con el médico o psicoterapeuta y tratar de identificar qué ha motivado la crisis de ansiedad. En función de ello podrá instaurarse el tratamiento más adecuado en cada caso, pudiendo éste contemplar el uso de fármacos y/o terapia psicológica cognitivo conductual.

Cuando ocurre de forma leve es una respuesta habitual a circunstancias estresantes. No deja de ser un mecanismo de alerta que nos advierte de una situación «amenazante» y que nos permite prepararnos para hacerle frente.

Combatimos la ansiedad en el Centro de Psicología en Santander

En este Centro de Psicología podemos ayudarte y proporcionarte las herramientas que mejor se adapten a tu caso para combatir la ansiedad. Estudiamos cada caso de forma individualizada atacando de forma efectiva y rápida sobre las causas de la ansiedad en tu caso. Nos adaptamos a ti.

Consúltanos en los siguientes casos:

  • Sientes que estás demasiado preocupando/a y que esto interfiere en tu trabajo, tus relaciones y otros aspectos de tu vida.
  • Tu miedo, tu preocupación o tu ansiedad te causan malestar y te resulta difícil controlarlos.
  • Te sientes deprimido, tienes problemas con el consumo de alcohol o drogas, o tienes otros problemas de salud mental junto con la ansiedad.
  • Piensas que tu ansiedad podría estar vinculada a un problema de salud física.
  • Tienes pensamientos destructivos.

Trabajamos la ansiedad desde hace años con éxito.

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