Es por ello que De todo ello hemos hablado hoy en Onda Cero, para tratar de esclarecer las dudas más generales y habituales que nos habéis trasladado en el Centro de Psicología.
La astenia primaveral puede definirse como una sensación pasajera y subjetiva de cansancio, tanto físico como mental, que sin tener una causa orgánica definida está relacionada con el inicio de la primavera, especialmente si el calor se presenta demasiado pronto y va unido a oscilaciones de la presión atmosférica y de la humedad ambiental.
Los cambios climáticos, como las variaciones en los horarios y hábitos de vida que se producen en esta estación, hacen que en algunas personas afloren sentimientos de nostalgia, tristeza o apatía que suelen considerarse poco preocupantes, pero que puede que desborden al paciente.
La astenia primaveral no tiene consideración de enfermedad dentro del Catálogo de Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud. Es un estado que en sí mismo que no tiene un valor patológico, sino que parece estar relacionado con desórdenes en el mecanismo fisiológico normal de adaptación del cuerpo a las condiciones variables propias del cambio de estación.
La astenia primaveral no tiene unos síntomas palpables, ni claramente definidos, sino que engloba desde una sensación inexplicable de tristeza hasta algo tan inespecífico como unas “pocas ganas de hacer nada”. Todo ello se acompaña de signos y síntomas físicos, y que frecuenteme
nte son:
Las manifestaciones de este trastorno no aparecen en momentos de actividad intensa, sino en el desarrollo de actividades cotidianas, por lo cual no pueden ser atribuibles a situaciones puntuales que requieran un sobreesfuerzo.
Paralelamente a esta situación, el bajo estado de ánimo de los individuos afectados por esta alteración provoca una disminución en las defensas inmunológicas del individuo y lo hace más susceptible a sufrir todo tipo de enfermedades de etiología infecciosa.
Dado que algunos de los síntomas definitorios de la astenia primaveral son compartidos con procesos depresivos, es importante establecer las principales diferencias entre ambos estados: los pacientes que sufren astenia primaveral experimentan un sentimiento de desgana o apatía selectivo, es decir se manifiesta en mayor grado para unas actividades que para otras, mientras que el estado apático que caracteriza la depresión abarca todas las áreas de la vida.
Mientras la primera situación puede ser superada por el propio paciente con un mero cambio de actitud, la depresión requiere un profundo tratamiento psicológico, que deberá ser tratado por psicólogos especializados.
A continuación podemos escuchar a la directora del área clínica del Centro de Psicología, Montserrat Guerra, hablando de ello en una entrevista en Onda Cero Radio.
PULSAR PARA ESCUCHAR EL PODCAST DE LA ENTREVISTA HABLANDO DE LA ASTENIA PRIMAVERAL (MINUTO 59:55)